viernes, 17 de febrero de 2012

Un cúmulo de sensaciones.

No sé. Tal vez esté en uno de esos días en que te pones a pensar en las cosas que pudieron pasar y no pasaron, en los errores que cometiste una vez y que te gustaría rectificarlos. Pero ya es tarde. El tiempo pasó y se cicatrizaron las heridas. Pero de una cicatriz siempre queda la marca, esa marca que cada vez que la miras te recuerda ese momento, ese instante en que te gustaría rebobinar.
Dicen que de los errores se aprende, pero parece que yo no escarmiento. Vivo quizás con el miedo a encontrarte por algún lugar, alguna calle, alguna esquina. Hay veces en que confundo a las personas y pienso que eres tú, es entonces cuando el corazón me late más fuerte, casi como si quisiera salir el solo y correr hacia ti. Luego me doy cuenta de que es mentira, que no eres tú, que es otra persona, y es entonces cuando me siento realmente estúpida por haber pensado en ti, que ni te lo mereces.
Intento conocer a otras personas, algunas que realmente se interesan por mi y no como para un capricho pasajero, pero sin quererlo, mi corazón las rechaza. Siempre prometo estar receptiva a cualquier persona que me venga con una sonrisa, pero parece que soy de las que le gusta tropezar varias veces con la misma piedra.
En fin, soy así y así seguiré, pero algún día cambiaré.